miércoles, 1 de octubre de 2014

Restos de altramuces y La vida es sueño

Restos de altramuces es otro de los relatos que integran la colección de cuentos de El conde Lucanor, escrito por don Juan Manuel. Este relato nos explica la historia de dos hombres ricos que pierden toda su fortuna. Uno de ellos se ve obligado a mantenerse comiendo un fruto amargo, mientras que el otro se ve obligado a sustentarse de las sobras del primero. La moraleja que nos transmite el cuento es la siguiente:
Por padecer pobreza nunca os desaniméis,
porque otros más pobres un día encontraréis.
Esta historia, 300 años después, será retomada por el ilustre dramaturgo Pedro Calderón de la Barca en el siguiente fragmento de La vida es sueño, en el que los altramuces son sustituidos por hierbas:
Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que solo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.

La lección que se desprende es la de la resignación ante la adversidad, pero siempre podemos preguntarnos si es cierto que una desgracia es más llevadera cuando hay otro que la padece por igual. ¿O será más bien que el "mal de muchos, consuelo de tontos"?


1 comentario:

  1. Me ha gustado. Bueno es el consuelo pero mejor es el remedio; que no nos den consuelo por remedio.
    La resignación es una posibilidad... pero ¿No hay más posibilidades? Re-signación, re-signa-cion.
    Más bien lo veo como "no pierdas las energías lamentándote, tienes margen para seguir adelante, sigue"
    Claro que los sacerdotes dicen sigueme.

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