domingo, 28 de septiembre de 2014

Teoría amorosa en el Libro de buen amor

Como ya hemos mencionado, el núcleo temático principal del Libro de buen amor lo constituyen sus aventuras amorosas y sus reflexiones sobre el amor. Es por ello que Juan Ruiz expondrá en la obra una auténtica teoría amorosa marcada por una visión muy realista de las relaciones entre hombre y mujer. Entre los consejos que todo hombre debe seguir, el primero de ellos se refiere a las cualidades que debe tener la mujer de la que debe enamorarse:

Busca mujer hermosa, atractiva y lozana, 
que no sea muy alta pero tampoco enana; 
si pudieras,  no quieras amar mujer villana, 
pues de amor nada sabe, palurda y chabacana.
Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña, 
cabellos amarillo no teñidos de alheña; 
las cejas apartadas, largas, altas, en peña; 
ancheta de caderas, ésta es talla de dueña.
Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes 
y con largas pestañas, bien claras y rientes; 
las orejas pequeñas, delgadas; para mientes (fíjate)
si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes.
La nariz afilada, los dientes menudillos, 
iguales y muy blancos, un poco apartadillos, 
las encías bermejas, los dientes agudillos, 
los labios de su boca bermejos, angostillos.

El segundo de los consejos va referido a la necesidad de emplear una vieja mensajera para que ponga en contacto a los amantes. Pero esta vieja alcahueta tiene que cumplir una serie de requisitos:

Si parienta no tienes, toma una de las viejas
Que andan por las iglesias y saben de callejas;
Con gran rosario al cuello saben muchas consejas,
Con llanto de Moisés encantan las orejas.
Estas pavas ladinas son de gran eficacia,
Plazas y callejuelas recorren con audacia,
A Dios Alzan rosarios, gimiendo su desgracia;
¡ay!, las pícaras tratan el mal con perspicacia.
Toma vieja que tenga oficio de herbolera,
Que va de casa en casa sirviendo de partera,
Con polvos, con afeites y con su alcoholera
Mal de ojo hará a la moza, causará su ceguera.
Procura mensajera de esas negras pacatas
Que tratan mucho a frailes, a monjas y a beatas,
Son grandes andariegas, merecen sus zapatas:
Esas trotaconventos hacen muchas contratas.



El último consejo habla de las condiciones que tiene que tener el amante si quiere conquistar a una mujer:   
                       
Dale joyas hermosas cada vez que pudieres;
cuando dar no te place o cuando no tuvieres,
promete, ofrece mucho, aunque no se lo dieres:
cuando esté confiada hará lo que quisieres.
Sírvela, no te canses, sirviendo el amor crece;
Homenaje bien hecho no muere ni perece,
Si tarda, no se pierde; el amor fallece
pues siempre el buen trabajo todas las cosas vence.
Agradécele mucho cuanto ella por ti hiciere,
Ensálzalo en más precio de lo que ello valiere,
No te muestres tacaño en lo que te pidiere
Ni seas porfiado contra lo que dijere [...]
Haz a la dama un día la vergüenza perder
Pues esto es importante, si la quieres tener,

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